Vivimos en una sociedad en
la que están surgiendo muchos cambios y, aunque no queramos darnos cuenta,
también se están produciendo en la educación.
Sin embargo, estos cambios no se están produciendo al
mismo ritmo que los cambios en la sociedad, pues todos los avances tecnológicos
que estamos viviendo últimamente no se están viendo reflejados en el modelo
educativo. Hablamos de TICs y mochilas digitales, pero la realidad es otra
porque no llegan a los centros educativos y a los alumnos de manera homogénea. Algunos
centros cuentan con un presupuesto mayor que otros y pueden disponer de manera
más fácil y rápida de los instrumentos y medios necesarios para el uso de las
TICs, sin embargo, otros no. Además, hay que tener en cuenta la formación del
docente, pues se puede presentar el caso en que se dispone de esos instrumentos
y medios, pero no del personal docente formado y preparado para enseñar y
utilizar las TICs.
Por otro lado, se habla acerca de un modelo educativo
diferente al que tenemos hasta ahora y se escuchan palabras como innovación,
libertad, creatividad, individualización, autonomía, trabajar por proyectos, etc.,
pero luego, la realidad es otra, puesto que nos encontramos con un currículo
cerrado en el que no deja mucha libertad ni creatividad al docente para
impartir sus clases o para enseñar los objetivos de la materia como a él le
gustaría, o bien, lo que él considera que es más importante que los niños
aprendan.
A mi parecer, el modelo educativo para el nuevo
siglo sería ese modelo del que ya nos
hablaban grandes pedagogos e ilustres personajes como María Montessori, John
Dewey, J.J. Rousseau, etc., en el que el profesor ha ser un guía para el alumno
y no una persona con muchos conocimientos que se limite a soltarlos en sus
clases, que sea una educación más individualizada y adaptada al ritmo de cada
alumno y no que se tenga que aprender unos contenidos específicos en un tempo
determinado y al mismo tiempo todos, que se tenga una buena base teórica pero que,
al mismo tiempo, las clases sean más prácticas y que esa teoría de base se
pueda llevar a la práctica, que sea una educación más democrática y no discriminatoria,
que haya mayor flexibilidad, etc.
A pesar
de todo, aunque poco a poco el sistema educativo va cambiando y nos vamos
adaptando a los nuevos tiempos, considero que aún nos queda mucho por hacer y mucho
por qué luchar contra ese gran gigante que tenemos enfrente y nos impide
avanzar que es la burocracia. ¿Algún día haremos caso a nuestros antepasados
pedagogos y cambiaremos a mejor? Eso espero y deseo. Sin embargo, hoy por hoy,
pienso que sigue siendo una utopía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario